La Gallina Animal de Poder es la generosidad. Da sus huevos a cambio de nada. Por tanto manifiesta la generosidad del alma que se da a los demás.
Hay algo diferente en la gallina que no sucede en otras especies. Tanto si la fecunda un macho como si no, ella continúa adelante con la formación de la placenta-huevo y lo deja ahí como un regalo. Eso es algo que ninguna otra hembra hace.
La gallina pone huevos sin el aliciente de la maternidad. Por tanto los da generosamente, los deja ahí para que cualquiera los aproveche, sin importar quién. Regala una parte de su cuerpo que además contiene los nutrientes más perfectos y equilibrados siendo el arquetipo del alimento por antonomasia pues es el nutriente necesario para generar una nueva vida. Las vitaminas, minerales, proteínas y grasas más sanas y suculentas se encuentran en ese pequeño óvalo de amor. Un regalo francamente generoso. El alimento más reconstituyente para el cuerpo, como símbolo del alimento más reconstituyente para el alma. Ese sacrificio silencioso del que se da para el crecimiento y evolución de otro, es de lo que habla la gallina.
Pero la paradoja consiste en que al regalar, no solo gana el que recibe el bien, porque al darnos con amor, nuestro Yo trasciende, crece, aumenta su vibración y gana también los bienes del espíritu. Y así nos dicen, en vez de esperar recibir, regalemos nosotros sin miramientos, con el corazón gozoso y descubriremos que lo que se hace a los demás, se hace a uno mismo. La base de la verdadera ayuda está en el desinterés del bien cedido, no a cambio de algo. Y al dar con el corazón nos recompensamos a nosotros mismos.
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