La Jirafa Animal de Poder muestra cuán alejada está la cabeza del corazón. Cuando vivimos en nuestra cabeza, atentos a los pensamientos rutinarios, divagando, nosotros también tenemos ese cuello de una forma simbólica. Encerramos a la princesa, nuestras sensaciones y emociones, en la más alta habitación de la más alta torre que es nuestra cabeza y allí permanece hechizada, durmiendo su encantamiento. Alejamos la cabeza de nuestro corazón cada vez que desatendemos las sensaciones corporales que nuestros pensamientos producen y cómo reacciona nuestro cuerpo a ellos.
Pero el largo cuello es el problema y también la solución, porque una vez conectados cabeza y corazón, se puede cambiar fría distancia, el mal uso del largo cuello, en pensamiento elevado, una visión más elevada de los acontecimientos y llegar a los frutos más altos del árbol.
Para tener la cabeza tocando el cielo, hay que adaptar el cuerpo ampliando el pecho, agrandando el corazón, el tesoro brillante. La jirafa tiene uno de los corazones más grandes en comparación con el resto de animales y refuerza en su cuello la conexión corazón-razón, agrandando las siete vértebras, poniendo válvulas en las arterias y venas que son más musculadas. Una buena unión mente distante-pecho vibrante.