En vez de defenderse con acciones, el Tótem Erizo ha logrado integrar un sistema de defensa en su propio cuerpo. Con ello nos muestra el mensaje del buen uso y el mal uso de poner fronteras.
Hay un momento para ser impenetrable y otro para ser vulnerable pues el erizo no posee todo su cuerpo protegido, posee una parte vulnerable, su vientre blando y suave, que abre al amor y protege de una agresión replegándose sobre sí mismo.
Enrollado como una pelota aguanta los golpes con una actitud paciente. Es sencillamente impenetrable a palabras e intenciones perversas; ese es el buen uso de poner fronteras. Él elige lo que desea sentir, no basa su opinión de sí mismo en base a lo que recibe del exterior. Así protege su zona vulnerable de los golpes, protege su corazón.
La mayoría hacemos justo lo contrario. Ponemos defensas en nuestro corazón, cerramos nuestro lado vulnerable a lo positivo, pero sin embargo no nos defendemos contra palabras y acciones dañinas del exterior con un robusto caparazón de auto confianza, que así influyen en nuestra visión de nosotros mismos.
Debemos permitir a nuestra parte blanda abrirse a sentir, abrir el corazón y amar y alegrarnos sin esconderte y poner duras púas en nuestro dorso con las que mostrar una firmeza impenetrable a lo perverso de los demás. Una misma persona posee esos dos lados, uno cariñoso y enriquecedor al que debemos dar paso a nuestro corazón y otro odioso y envilecido que tratará de influir en nosotros y al que debemos poner una barrera. Nosotros decidimos cuando ser permeables e impermeables, eligiendo bien el momento, como el erizo.