La Foca Animal de Poder nos trae el mensaje del día y la noche de la conciencia. También tiene respiración pulmonar y, al igual que los cetáceos, también fue un animal terrestre que decidió volver al ámbito del mar, pero esta vez no a tiempo completo. Ella vive seis meses como animal acuático y seis meses como animal terrestre.
En los polos, el día y la noche de la tierra duran seis meses cada uno, que es el ritmo que las focas han asumido también. Durante la noche polar se sumergen en el océano y durante el día polar emergen a la vida terrestre, como una respiración.
Su comportamiento es completamente diferente en las dos situaciones. Durante la noche, cuando la energía está inspirada o interiorizada, son hábiles buceadoras, despiertas, rápidas y ligeras, juegan y disfrutan del juego de vivir, así traen el mensaje de la vida espiritual, la corteza duerme pero el interior está despierto, liberado de lo corporal. El mensaje se puede aplicar a la reflexión, la relajación, la meditación, la visualización o el soñar.
En cambio, de día, la conciencia está sujeta a la materia y exteriorizada, ocupada en pensamientos propios, más activa pero menos receptiva a lo espiritual. En este caso la foca es un animal terrestre y diferente al nocturno. Cría, apenas se alimenta, es torpe y obesa, vive en manadas como los herbívoros, con un macho dominante ocupado en la supervivencia. Las crías nacen adaptadas al agua, pero no saben nadar, deben aprender a hacerlo y sus padres les enseñan. Al igual que nosotros, con capacidades espirituales en nuestra constitución, pero inconscientes, y una vida para aprender a usarlas conscientemente.
Ambas situaciones, la noche y el día de la conciencia son necesarias y positivas si permitimos que se impregnen la una a la otra para poder elevar las experiencias. Son una respiración, así que disfrutemos y experimentemos cuando nuestra energía esté exhalada al mundo exterior, pero permitamos a nuestra conciencia los momentos de interiorización durante la reflexión, la relajación, la meditación, la visualización o el mensaje de los sueños. Ambos mundos despiertos en nosotros.